Amazonias: el futuro ancestral que redefine el destino de Sudamérica
Un viaje a la riqueza natural y cultural que sostiene al planeta y desafía a la industria moderna
Un proyecto. Una exposición. Un portal hacia la inmensa riqueza natural y cultural que define a la Amazonia, un territorio que trasciende fronteras y siglos para recordarnos su papel central en el equilibrio del planeta.
"Amazonias. El futuro ancestral" es pura bio-humanidad expresada al cien!
Este proyecto, alojado en el CCCB de Barcelona hasta mayo de 2025, nos sumerge en los ríos caudalosos, los bosques infinitos y las voces de las comunidades indígenas que han moldeado esta región durante milenios. A través del arte, el pensamiento y la ciencia, la muestra revela el enorme impacto ecológico de la Amazonia, un pulmón verde que cruza nueve países sudamericanos y alberga a más de 30 millones de personas, incluyendo unas 400 etnias que hablan más de 300 lenguas. Pero más allá de su belleza sensorial, "El futuro ancestral" plantea una pregunta ineludible: ¿puede esta región, amenazada por la deforestación y la codicia industrial, enseñarnos a construir un porvenir sostenible para Sudamérica y el mundo?
Un legado vivo frente a la crisis ambiental
La Amazonia no es un lienzo inmaculado, como alguna vez se pensó en Occidente. Investigaciones arqueológicas recientes, como las publicadas en Science Advances en 2023, demuestran que los pueblos indígenas transformaron este ecosistema hace miles de años, creando suelos fértiles conocidos como "terra preta" y cultivando especies que hoy sostienen su biodiversidad. Lejos de ser una selva virgen, es un jardín ancestral, un biohábitat gestionado con sabiduría. Sin embargo, este legado choca con una realidad sombría: según el Instituto Nacional de Pesquisas Espaciais (INPE), en 2024 Brasil perdió más de 11.000 km² de bosque amazónico, un aumento del 10% respecto al año anterior, impulsado por la ganadería, la soja y la minería ilegal. Este ritmo de destrucción no solo amenaza la capacidad de la región para capturar carbono —almacenando hasta 200 gigatoneladas, según Conservation International—, sino que empuja al ecosistema hacia un punto de inflexión que podría convertirlo en una sabana degradada.
El impacto ambiental trasciende lo local. La Amazonia regula el clima global, reciclando agua que alimenta lluvias desde los Andes hasta el Atlántico. Si colapsa, las consecuencias llegarían a las cosechas de Argentina, las reservas hídricas de Bolivia y más allá.
"El futuro ancestral" nos invita a escuchar a líderes como Patricia Gualinga, del pueblo kichwa de Sarayaku, quien defiende un "bosque vivo" frente a la explotación extractiva. Su mensaje resuena en un continente donde el 17% de la selva ya ha desaparecido desde 1970, según el WWF, y donde la industria debe replantearse si su modelo de crecimiento vale el costo de un planeta habitable.
Industria y economía: entre la explotación y la reinvención
La Amazonia es un motor económico para Sudamérica, pero su riqueza ha sido históricamente mal entendida. La fiebre del caucho en el siglo XIX convirtió a Manaus en una joya efímera de opulencia, solo para colapsar cuando las plantaciones asiáticas desplazaron la extracción silvestre. Hoy, la región aporta millas de millones de dólares anuales a países como Brasil, Perú y Colombia a través de la madera, la carne y los minerales. Sin embargo, este modelo extractivo es insostenible. Un informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) de 2024 estima que la bioeconomía —basada en productos sostenibles como el açaí, el cacao o la pesca de especies como el tambaqui— podría generar hasta 40.000 millones de dólares anuales para 2030, creando empleos sin talar un solo árbol. Empresas como Natura ya lideran este camino, usando ingredientes amazónicos para cosméticos que alcanzan mercados globales, pero la escala sigue siendo insuficiente.
"El futuro ancestral" destaca iniciativas como las del colectivo MAHKU, cuyos murales pintados en vivo en Barcelona reflejan una economía viva, arraigada en la tradición indígena. Contrasta con la realidad de las comunidades desplazadas por megamineras o monocultivos, donde el Producto Interno Bruto crece mientras el Índice de Desarrollo Humano (IDH) de las poblaciones locales permanece entre los más bajos de Sudamérica. En el estado de Pará, por ejemplo, la ganadería extensiva genera el 8% del PIB regional, pero deja tras de sí suelos agotados y ríos contaminados con mercurio, según un estudio del Instituto Socioambiental. La exposición nos desafía a imaginar una industria que no consume la Amazonia, sino que aprende de ella, invirtiendo en tecnología y conocimiento ancestral para un desarrollo que regenere en lugar de destruir.
El papel de las comunidades y el nomadismo moderno.
Las 400 etnias amazónicas no son reliquias del pasado; son agentes de un futuro posible. "El futuro ancestral" amplifica sus voces —desde los tukano, que ven la deforestación como "desnudar la tierra", hasta los witoto, cuya memoria resiste el trauma del caucho— para mostrar cómo su relación con la naturaleza ofrece soluciones. En Ecuador, la alianza "Cuencas Sagradas" une a 30 naciones indígenas para proteger la selva, mientras en Brasil líderes como Txai Suruí luchan contra los incendios y el extractivismo. Estas comunidades, que controlan el 35% del bosque según el BID, son barreras vivas contra la degradación, pero enfrentan amenazas crecientes: en 2023, la ONU informó el asesinato de 54 defensores ambientales en la región (Ver en https://cuencasagradas.org/ )
El nomadismo, otro eje del proyecto, evoca un éxodo moderno fuera de las urbes asfixiantes. Frente al estrés de ciudades como São Paulo o Lima, la Amazonia ofrece un refugio potencial, no como huida romántica, sino como modelo de vida sostenible. Comunidades móviles en Perú y Bolivia ya experimentan con ecoaldeas que combinan tradición y tecnología —paneles solares, conectividad digital— para habitar sin depredar. Este enfoque podría aliviar la presión urbana y revalorizar territorios marginados, pero requiere políticas que prioricen a las personas sobre las ganancias cortoplacistas.
Un llamado a la acción global
Amazonias ancestral no solo celebra; interpela!!
La Amazonia sudamericana, con sus 7 millones de km², es un termómetro del destino humano, un vasto laboratorio natural donde se miden las tensiones entre progreso y supervivencia. Su colapso no solo sería una tragedia ecológica —la pérdida de un 20% de la biodiversidad global y un golpe al ciclo del carbono que regula el clima planetario—, sino también económica: millones de sustentos, desde pescadores ribereños hasta pequeños agricultores, dependientes de sus ríos y bosques. Sin embargo, su preservación podría liderar una revolución industrial verde, transformando la región en un epicentro de innovación sostenible. Países como Colombia y Perú podrían exportar no solo materias primas, sino soluciones: biomateriales derivados del caucho nativo, medicamentos basados en plantas que las farmacéuticas apenas comienzan a explorar, o energía limpia aprovechando sus ríos sin repetir los errores de represas como Belo Monte.
Para lograrlo, la región necesita más que exposiciones itinerantes: demanda de inversión masiva en bioeconomía —el BID calcula que un fondo de 100.000 millones de dólares podría multiplicar por diez los beneficios actuales—, protección legal efectiva para sus custodias indígenas, cuyos territorios intactos son el 80% más resistentes a la deforestación según la ONU, y un cambio radical en la mentalidad global que deje de ver la selva como un recurso a saquear y la reconozca como un socio. vivo. En un continente donde la desigualdad y el cambio climático se entrelazan —con el 10% más rico emitiendo 12 veces más CO2 que el 50% más pobre, según Oxfam—, "El futuro ancestral" nos sacude: el pasado amazónico no es nostalgia decorativa, sino una hoja de ruta práctica para un futuro que aún podemos construir si actuamos con urgencia y visión. (Informe del Estado Ambiente 2019 - Panamá) (Material de Descarga)
Seguramente este tipo de abordaje requieran muchismas mas columnas para que mis dedos escriban. Este texto expande a interiorizarnos en innumerables análisis con datos específicos, ejemplos de oportunidades económicas y una reflexión más profunda sobre la desigualdad y la acción global, alineándose con el estilo de la columna original.
¿Te gustaría sumarte en ajustar tus reflexiones de valor a este texto?
Escribime y lo ampliamos!!
Buena semana a T2
Este futuro ancestral me recordó al término "etnosfera" que propone Wade Davis para referirse al entramado cultural del que depende el tejido biológico del planeta. Preocuparnos por la biosfera no es suficiente si no respetamos primero esa etnosfera que la sostiene.
Un placer haber descubierto esta newsletter.
Este futuro ancestral me recordó al término "etnosfera" que propone Wade Davis para referirse al entramado cultural del que depende el tejido biológico del planeta. Preocuparnos por la biosfera no es suficiente si no respetamos primero esa etnosfera que la sostiene.
Un placer haber descubierto esta newsletter.