Earthships: La economía circular hecha vivienda
Construidas para operar sin conexiones a servicios básicos, estas casas autosuficientes desafían tanto al modelo inmobiliario tradicional como al ego inmobiliario
Earthships… casas que se alimentan solas?…que reciclan agua? y te hacen sentir culpable por tener microondas o inodoros inteligentes?
En una Argentina donde los incrementos de las tarifas de servicios básicos (electricidad, gas y agua) solo ascienden junto a impuestos y tasas de dudosa implementación.
En tiempos donde los esquemas de créditos hipotecarios para adquirir departamentos de “papel”, de bajo costo constructivo y problemas de habitabilidad por doquier, han caido de manera abrupta. Ya las nuevas generaciones optan por NO quedar rehenes de esquemas crediticios “usureros y perversos” que encadenan los mejores años de tu vida a una “hipoteca de cuota ajustable”.
En una era donde tener una cafetera inteligente parece más importante que saber de dónde viene el agua que bebemos, las Earthships llegan como un recordatorio ruidoso (y de neumáticos reciclados) de que otra vivienda es posible. Construidas para operar sin conexiones a servicios básicos, estas casas autosuficientes desafían tanto al modelo inmobiliario tradicional como al ego de todo arquitecto que cree que la sustentabilidad es ponerle una maceta al balcón.
¿Qué es una Earthship y por qué deberías conocer una antes de seguir decorando tu loft con palets?
Las Earthships, ideadas en los años 70 por el arquitecto Michael Reynolds, son viviendas construidas con materiales naturales y reciclados (como neumáticos, latas y botellas), diseñadas para funcionar de forma independiente. No necesitan conexión a la red eléctrica ni al agua potable. Generan su propia energía, recolectan y reutilizan el agua de lluvia, procesan sus residuos y producen alimentos en invernaderos internos.
En pocas palabras: casas que hacen todo eso que prometen los renders de arquitectura verde... pero en serio.
Las 6 funciones esenciales de una Earthship
Recolección y almacenamiento de agua de lluvia (en cisternas para uso doméstico y riego).
Generación de energía renovable, principalmente solar y eólica.
Calefacción y refrigeración pasiva gracias al diseño bioclimático y la masa térmica de los muros.
Manejo de aguas residuales mediante biofiltros y sistemas de reutilización.
Producción de alimentos en jardineras interiores (sí, albahaca y cherrys en el living).
Construcción con materiales reciclados, especialmente neumáticos usados rellenos de tierra apisonada.
Datos que hacen que tu departamento con doble vidrio se sienta un poco menos eco
Una Earthship promedio puede recolectar hasta 25.000 litros de agua de lluvia al año.
El 100% de sus aguas grises y negras se tratan y reutilizan in situ.
Más de 3.000 Earthships han sido construidas en todo el mundo, desde Nuevo México hasta Francia, Bolivia, Sudáfrica y Japón.
En climas áridos como Taos, Nuevo México, se mantiene una temperatura interior estable entre 18 y 22ºC durante todo el año, sin calefacción ni aire acondicionado.
Un proyecto tipo Earthship puede costar desde USD 50.000 hasta 300.000, dependiendo del diseño, la autoconstrucción y la normativa local (spoiler: no todos los municipios aman las casas hechas con basura).
Economía circular hecha vivienda
Lo que las Earthships proponen no es solo una arquitectura alternativa, sino una economía doméstica cerrada. Al reducir a casi cero los gastos de servicios, eliminan muchas dependencias externas. En contextos de crisis energética, escasez hídrica o aislamiento extremo (hola, pandemias), estas casas se transforman en fortalezas ecológicas. Literalmente.
Para los fans del ROI, vivir en una Earthship implica un ahorro estimado de entre USD 2.000 y 4.000 anuales en servicios públicos. A largo plazo, eso significa que no solo cuidás el planeta: también podés sobrevivir sin tener que vender un riñón cada vez que sube el gas.1
Obstáculos reales para sueños regenerativos
Claro, no todo es compost y unicornios solares. Las Earthships enfrentan varios retos: desde normativas urbanas que no entienden qué es una fosa de lombrices, hasta bancos que se niegan a financiar viviendas que no vienen con cableado tradicional. Y luego está el factor humano: autoconstruir una Earthship puede ser terapéutico o devastador, dependiendo de cuán paciente seas con la mezcla de barro y el consenso vecinal.
También está el mito de que son solo para hippies con PhD en bioarquitectura. Nada más lejos: hoy existen Earthships urbanas, modelos adaptados a climas húmedos, y versiones modulares que se integran a la vida moderna sin tener que renunciar al café expreso ni al delivery.
Las Earthships no son solo un modelo habitacional son el futuro en el hoy, casas que parecen del futuro pero huelen a tierra
Son una declaración de independencia ambiental, una invitación a repensar el vínculo entre arquitectura, economía y biosfera. En tiempos de crisis climática, vivir en una Earthship es como tener una pequeña embajada del futuro en medio de un presente desconectado.
Como economista con alma de chamán digital, te lo dejo así: si las casas del futuro no pueden alimentarse solas, reciclar su agua y respirar sin máquinas, entonces no es el futuro. Es solo otro diseño con buenos renders. Las Earthships, en cambio, no necesitan venderte un lifestyle. Te invitan a construir uno.
Buen recordatorio de la importancia de diseñar edificios autosuficientes capaces de navegar la incertidumbre actual. Menos eficiencia energética y más sentido común. Hace falta recuperar una visión más amplia del impacto de los edificios en nuestra salud y la del planeta. Gracias por compartirlo.